Este domingo, algunos valientes han luchado contra el inclemente sol poniendo su esfuerzo en que la escuela luzca bonita. Durante esta semana, han sido otros, de una u otra forma. Es un hándicap para la comunidad en éste momento, que allí donde el individualismo y la escasez de tiempo hacen bandera, sumiendo a los sujetos en sus asuntos privados, pueda seguir vivo el espíritu colaborativo y comunitario que ayuda a construir grandes cosas. Por si fuera poco, los tiempos del virus no hacen más que cortar esos lazos y aislarnos en una intimidad que corre el riesgo de empobrecer. Aún así, es necesario que el espíritu de grupo siga latiendo ante la incertidumbre y el malestar porque solo en grupo se dan salidas creativas y esfuerzos compartidos para afrontar las dificultades.

Sigamos adelante, con mascarillas, con distancias y lo que haga falta… que aún nos quedarán los ojos para mirarnos de soslayo y saber que podemos contar con que aquel que está a mi lado rema en la misma dirección. Y si me fallan las piernas… y el aliento escasea… «poder contar contigo camarada»… con tu hombro, con tus palabras o a veces sólo con tu presencia.

Transmitamos a nuestros hijos que en conjunto se pueden hacer grandes cosas, que allí donde yo no llego puede ayudarme el otro, que servir a la comunidad no es un acto que nos desmerece sino que nos da valor como humanos.

Buen domingo.