Etapas evolutivas del niño

La primera Escuela Waldorf fue fundada en 1.919 en Stuttgart (Alemania), por el filósofo y profesor Rudolf Steiner , el cual, después de la Primera Guerra Mundial hizo un llamamiento a la reconstrucción social y cultural de Europa, que encontró eco en un grupo de industriales de la ciudad de Stuttgart.

En aquella época daba clases nocturnas a los obreros de la fábrica de cigarrillos Waldorf- Astoria.

El propietario de la fábrica dedicó una parte de los beneficios para la educación de los hijos de los obreros de la misma y encargaron a Rudolf Steiner la tarea: Éste formó al equipo de maestros, desarrollando las bases metodológicas y didácticas de esta pedagogía.

El fundamento pedagógico de este método está en el estudio del hombre desarrollado por Rudolf Steiner y plasmado en lo que el definió como Antroposofía. La Antroposofía da un conocimiento del hombre como ser físico, anímico y espiritual. Es una ciencia del espíritu que da un método de conocimiento que permite desarrollar en el hombre las capacidades para que todo ser humano pueda unirse conscientemente con el mundo espiritual del que procede.

Cuando al hombre se le concibe como un ser espiritual que se une a la materia y de forma progresiva va entrando en su propia corporalidad, surge una nueva visión del hombre y de sus etapas evolutivas, y si se quiere educar acorde a esa naturaleza, surge una nueva pedagogía, la pedagogía Waldorf.

Vamos a tratar ahora un aspecto de esta pedagogía: el referente a las etapas evolutivas del niño y los aspectos esenciales que tiene en cuenta a la hora de educar con relación a dichas etapas.

En primer lugar veamos al niño recién nacido en sus primeros años de edad, completamente entregado al mundo, confiando totalmente en el adulto, tierno, blando, maleable en el amplio sentido de la palabra.

Todos sus órganos son aún incipientes, aún no están del todo configurados, inocentes, observadores y sensibles, tremendamente sensibles. Podríamos afirmar que todo el niño es un órgano de percepción sensorio y que las percepciones le atraviesan hasta la profundidad de su cuerpo.

El ser espiritual del hombre de manera lenta y progresiva se va incorporando en ese cuerpo físico que en un primer lugar proviene de la herencia. El recién nacido tiene que hacer suyo ese cuerpo, penetrarlo, formarlo, conquistarlo y arrojar fuera todo lo heredado. Toda esta actividad se manifiesta exteriormente mediante las enfermedades propias de la infancia y culmina con el cambio de dientes.

Durante los 6 -7 años de vida esa es la actividad primordial en la que se encuentra el ser del niño. Nace entregado al mundo con total confianza progresivamente se erguirá, hablará e hilará las primeras frases, pasará de un mundo cromático indiferenciado a la diferencia global, el árbol será toda una unidad, no entrará en la diferenciación de las partes. Después de captar el espacio pasará a captar la actividad como una cualidad nueva, se apropiará del tiempo, diferenciando el ayer del mañana y del hoy.

Su actividad en un principio motivada o movida fundamentalmente por las funciones vitales pasará a ser movida por todo lo que ve, por los instintos y apetitos. Y su vida anímica, que en un principio era como un órgano sensorio donde el mundo penetraba sin él poder actuar, pasará luego a una confrontación con el entorno, (apareciendo ese periodo de la negación y el rechazo hacia los 3 años de edad).

Progresivamente irá despertando un mundo interior propio, al aparecer en él la fantasía creadora. Esta fantasía inducirá al niño a la acción a nuevos juegos que él mismo creará ya no movido sólo por el apetito exterior. Esta fantasía creadora hará despertar en el niño la imaginación pictórica, los cuentos serán para él imágenes vivas. Un mundo interno propio ha surgido.

Tras esta visión general hemos de detenemos en dos aspectos muy importantes: uno es que todo su ser está inmerso en una actividad constructiva y formadora, el otro es que toda percepción (vivencia) penetra hasta su organización física.

El resultado de estos dos principios es la disposición del niño hacia la imitación y el ejemplo.

Estas disposiciones innatas del niño son la base, en esta etapa de 0 a 6-7 años, para la educación.

Debería calar profundamente en el adulto que el único medio de la educación para estos años es a través de la imitación. Este es el umbral para esta edad.

Y ahora vamos a ver los aspectos pedagógicos cualitativos que conllevan el educar por medio de la imitación. La clave reside en que la influencia educativa de los adultos depende de lo que son no de lo que dicen.

¿Qué ha de ofrecer la educación para esta etapa?: Ayudar y colaborar en esa actividad formativa que se está llevando a cabo en el niño, con el fin de que se realice armoniosamente y en segundo lugar debería propiciar también el desarrollo de la fantasía creadora.

¿Cómo se lleva esto a cabo en la pedagogía Waldorf en el periodo de la educación infantil?: A través de:

  • La autoeducación del maestro:
    • Su actitud moral, consecuencia, veracidad.
    • El ambiente del aula (decoración).
    • La realización de actividades que permiten el uso de materiales naturales:
      • Lana, ceras de modelar, tacos de cera natural para pintar, pinturas de acuarela diluidas, juguetes con materiales naturales carentes de formas definidas rígidas, tacos de madera, telas de algodón, muñecas de trapo.
    • Trabajando el ritmo:
      • Mediante corros y canciones, vivenciando el ritmo dentro del transcurso del día por la propia estructura, el ritmo semanal al introducir un elemento característico cada día. Y el gran ritmo anual mediante la mesa de estación y las fiestas propias del año.

De este modo el niño crece y respira saludablemente en un ambiente que alimenta sus procesos de forma sana, y se encamina hacia la etapa siguiente, en donde su mundo interno se abre hacia el exterior y se despierta en él un interés por conocer ese mundo exterior.

La fantasía creadora se va a confrontar poco a poco con la realidad externa, y de este encuentro surgirá la admiración por el saber hacer y de ella nacerá el respeto hacia el adulto que sabe.

El niño se hace susceptible a la autoridad y entra en la nueva etapa de los 7 a los 14 años.