El valor de la imitación

El niño pequeño aprende imitando, responde a lo que ocurre en su entorno a través de un espontáneo impulso imitativo. Por este motivo, en la escuela la maestra se convierte en modelo para los niños en su conducta: sus gestos, su lenguaje, sus actitudes y las actividades que realiza.

Realizamos con los niños actividades llenas de sentido y coherencia, dignas de ser imitadas. Hacemos con ellos una gran variedad de trabajos artísticos y manuales y tareas hogareñas y de jardín (pintar, modelar, lavar, barrer, cocinar, amasar, sembrar, regar las plantas del jardín…) que desarrollan la voluntad, la habilidad manual, la iniciativa, la paciencia, la perseverancia y la autonomía del niño.

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